Historia de nagoia y Luis Sepulveda que le enseñó a ver el mundo bajo una óptica distinta

La primera vez que he tenido contacto con la genialidad de Luis Sepulveda fue a través de mi amiga querida, Ana Isabel Belo, otro ser genial que a los 19-20 años ya tenía una biblioteca leída más grande y rica que algún ser común pueda leer a lo largo de su vida.
Ana pasaba noches seguidas leyendo, viajando en su mundo maravilloso qué pocos lograban alcanzar. Qué genia! Me acuerdo cuándo se dejaba perderse en las obras, no logrando despertarse para los exámenes científicos en la universidad, que nada nuevo le aportaban a su sabiduría.
Ella me presentó "Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar", que me atrapó por 2 o 3 días hasta que me lo terminé. Lo leí en portugués.

Dejo la sinopsis de la obra siempre muy pertinente, especialmente para los días de reflexión colectiva de hoy:

Luis Sepúlveda, a quien el público de lengua española ya conoce bien, tiene dos hijos muy jóvenes, a quienes llama «mis enanos» y a quienes prometió un día escribir una historia acerca de lo mal que gestionamos los humanos nuestro propio entorno, lesionando la naturaleza, que nos brinda tantos bienes, y de paso autolesionándonos sin piedad.  




Así nació Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar, que cuenta las aventuras de Zorbas, un gato «grande, negro y gordo», cuyo inquebrantable sentido del honor le conduce un día a comprometerse a criar un polluelo de gaviota. 




Su madre, una hermosa gaviota, atrapada por una ola de petróleo vertido en el mar por un buque varado, le deja en prenda a Zorbas, justo antes de morir, el huevo que acaba de poner. Zorbas, que es gato de palabra, cumplirá sus dos promesas: no sólo criará al polluelo, sino que le enseñará a volar. 




Los amigos de Zorbas, Secretario, Sabelotodo, Barlovento y Colonello, le ayudarán en una tarea que, como se verá, no es tan fácil como parece, y menos para una banda de gatos más acostumbrados a hacer frente a la dura vida en un puerto como el de Hamburgo que a hacer de padres de una cría de gaviota... 



Muchos años más tarde, cuando viajaba por Chile, un país con la naturaleza más increíble y distinta a lo largo de los más de 5000 km que separan el norte y el sur, me la leí nuevamente, pero ahora en español, en territorio chileno y con alguna madurez y sentidos más despiertos.
Sepulveda, el gran viajero que nos invita a viajar a través de sus emociones, me ha influenciado significativamente pues amaba investigar en las diferentes culturas y etnias, que llamaba "El mayor tesoro de la especie humana".

Luego de haber descubierto muchas maravillas de Chile, me acerqué aún más a la sabiduría de Sepulveda, cada vez más hambrienta de sus aportes. Mientras viajaba sin prisa, tampoco fecha de termino por latino-America he leído otras obras de el, desde entonces siempre en español, pues me permitia entrarme más profundamente y embriagarme directamente de la fuente.

"Pensada en principio como un cuento para «enanos», Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar se dirige en realidad a todos aquellos que, chicos o mayores, no sólo disfrutan con las historias bien contadas que estimulan la imaginación y el ingenio, sino que, a la vez, aprenden a ver el mundo bajo una óptica distinta, conociéndolo mejor y, por lo tanto, amándolo y cuidándolo con más inteligencia."

Y eso se lo agradezco eternamente, Luis Sepulveda! Seguramente, me ha influenciado a ver el mundo bajo una óptica distinta, conociéndolo mejor y, por lo tanto, amándolo y cuidando con más inteligencia.




Me muevo enteramente por la historia que estoy contando y me gusta ser muy fiel a mis personajes, enamorarme de ellos, porque sé que el lector, al leer, va a sentir una emoción muy parecida a la que yo siento al escribir, y eso es lo más hermoso que tiene la literatura, poder compartir emociones y poder compartir sensaciones.

Y quizás, me apunto a compartir emociones y sensaciones.

Y quizás me lo vuelva un mantra.

Y quizás nos volvamos a encontrarnos en los sueños y te comente que el mundo se ha regenerado.



Lisboa, 16 de Abril 2020



 Santiago de Chile, 2012

Santiago de Chile, 2012

Valle Elqui, 2012


San Pedro de Atacama, 2012







Comentários

  1. Querida Nádia, o meu rosto abriu um sorriso ao ler as tuas palavras sobre esse tempo tão longínquo. Muito obrigada pelo teu carinho! Sepúlveda foi, para mim é e sempre será, especial. É estranho saber agora que daquela mente não sairá mais nenhuma pérola que tenhamos o prazer de ler.. Sinto sempre um vazio quando algum escritor maravilhoso (e há tantos, felizmente!) nos deixa. Foi um prazer lê-lo e ter-to dado a conhecer. Um beijinho grande!

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